A los mexicanos nos gusta el chile por tres simples cosas
- La primera: Porque representa historia
- La segunda: Porque representa una relación amor-odio
- La tercera: Por que creemos que alguien es valiente o tiene más coraje por aguantar “enchilarse”
Las relación entre el mexicano y el picante tiene una cercanìa desde épocas prehispánicas donde estos frutos incluso tenían su propia deidad. Era utilizada para cuestiones medicinales e incluso para castigar tanto a enemigos, como a quienes cometen ofensas. El chile después se convirtió en un producto que también nos llegó con los españoles, traído desde Cuba. Tenemos conocimiento de uno de los ingredientes esenciales de la comida del sur del país, el Habanero, uno de los chiles más picosos del mundo. El chile tiene una sustancia que casi ningún mamífero es capaz de soportar, a excepción de los humanos. Esta sustancia se llama capsaicina que es una toxina neural alcaloide que activa las neuronas que responden al dolor que se provoca por medio de estímulos químicos, y otros. Cuando una de estas neuronas (nocioceptores) detectan el picante envía rápidamente una señal al cerebro que lo que provoca es la liberación de endorfinas. Se bloquea la sensación de dolor y comienza a producirse una especie de placer. Existen un sin fin de remedios que nos ayuden a quitarnos lo “enchilado” pero está comprobado que los productos que contienen un alta cantidad de grasas como la leche y los helados solucionan màs rápido esta especie de ardor en la lengua, creando una capa protectora que calma y después es limpiada con ayuda de la saliva. Esto conlleva a una relación de estilo masoquista para todas aquellas naciones o territorios donde el chile tiene un papel importante en su gastronomía.
Después del dolor viene el alivio. Lo que uno no creería es que los pájaros son inmunes ante la sustancia capsaicina, por lo que ellos no se “enchilan” y fungen también como un transportador de semilla, la cual desechan a través de sus heces fecales y finalmente ayudan a la siembra de más de estos frutos. Para terminar el chile ha sido una especie de venganza que hemos utilizado a lo largo de la historia, desde la famosa frase de “la venganza de Moctezuma” hasta el “chile campana” porque pica al entrar y repica al salir y ahora sì, por último como diría Villoro: Nos conquistaron pero hemos encontrado una manera rencorosa de entrar en las entrañas de los extranjeros.
